Reformar un baño es una inversión importante, por lo que tomar decisiones acertadas marcará la diferencia en funcionalidad, mantenimiento y estética. A lo largo de mi experiencia en diseño de interiores, he visto ciertos errores que pueden complicar el día a día en este espacio. Aquí te cuento cinco cosas que evitaría al reformar un baño.
1. Lavabos muy planos o cuadrados
Aunque los lavabos planos y de líneas rectas pueden parecer estéticamente atractivos, no siempre son la opción más funcional. Su falta de inclinación hace que se acumulen restos de jabón, pasta de dientes y suciedad, lo que dificulta su limpieza.
Además, los lavabos de interior recto tienden a oscurecerse con el tiempo, especialmente si tienen acabado mate, ya que las esquinas y aristas son más difíciles de limpiar. Esto es algo que puede verse en baños de hoteles o negocios de hostelería, donde con el tiempo aparecen zonas más oscurecidas en los lavabos.
Alternativa recomendada: Optar por lavabos con una ligera inclinación y formas más orgánicas ayuda a que el agua se evacúe mejor y se reduzca el mantenimiento. En mis proyectos, suelo recomendar lavabos sobre encimera ovalados o cuadrados con esquinas redondeadas, que facilitan la limpieza y evitan acumulaciones de suciedad.
2. Optar por lavabos de resina sin considerar sus desventajas
Los lavabos de resina mate son visualmente atractivos y tienen un acabado muy orgánico, además de ofrecer más variedad de formas que los de porcelana. Sin embargo, es importante conocer sus desventajas antes de elegirlos.
Este tipo de lavabos pueden ser más delicados y difíciles de limpiar. Por ejemplo, pueden quedarse marcas de maquillaje que requieren más esfuerzo para eliminar. Si el lavabo va a usarse en un baño donde haya niños o donde se manipulen muchos productos cosméticos, la porcelana sigue siendo la mejor opción por su resistencia y facilidad de limpieza.
Consejo: Si decides apostar por la resina solid surface, ten en cuenta que necesitará un mantenimiento más cuidadoso y productos de limpieza específicos para no deteriorar su acabado.
3. Mampara fija demasiado pequeña
Las mamparas fijas son una opción más económica y visualmente ligera, pero si el espacio de la ducha no es suficientemente grande, pueden provocar problemas.
Si la mampara es demasiado pequeña, el suelo del baño puede acabar empapado después de cada ducha, lo que no solo es incómodo, sino que también puede ser peligroso por el riesgo de resbalones.
Medidas recomendadas:
✔ Mampara fija de al menos 100-110 cm de ancho para contener mejor el agua.
✔ Plato de ducha de mínimo 150-160 cm para evitar salpicaduras y tener una salida mínima cómoda
✔ Si el espacio no permite una mampara fija lo suficientemente grande, es mejor optar por una corredera o abatible.
Hoy en día, existen mamparas correderas y abatibles sin apenas perfilería, lo que facilita su limpieza y evita que la salida de la ducha quede mojada y llena de salpicaduras.
4. Colocar suelo laminado en el baño
En el mercado existen suelos laminados que se anuncian como aptos para baños y cocinas, pero en la práctica no siempre son la mejor opción. Aunque tienen un acabado cálido y natural, presentan ciertas limitaciones en términos de mantenimiento y resistencia a la humedad.
A diferencia del azulejo, el suelo laminado no puede fregarse con tanta agua ni desinfectarse con productos agresivos, lo que puede dificultar su limpieza en un espacio donde la higiene es clave. Además, si la instalación no está perfectamente sellada, la humedad puede filtrarse y hacer que el suelo se hinche con el tiempo.
Consejos si decides instalar suelo laminado:
✔ Elige uno de alta calidad con tablero hidrófugo.
✔ Revisa el porcentaje de hinchazón por humedad.
✔ Sigue las indicaciones de sellado, prestando especial atención a los encuentros entre piezas y el perímetro del suelo.
Aun así, mi recomendación sería optar por azulejos con efecto madera, que hoy en día tienen acabados muy realistas y ofrecen una resistencia total al agua. Con esta opción, no tendrás que preocuparte por la humedad ni por los productos de limpieza que utilices.
5. No planificar bien la distribución del espacio
En un baño, cada centímetro cuenta, y una mala distribución puede hacer que el espacio sea incómodo o poco funcional. Es fundamental analizar bien la disposición de los elementos antes de empezar la reforma para evitar problemas.
Muchas veces me he encontrado con baños donde no hay espacio suficiente para colgar la toalla cerca del lavabo o donde llegar al rollo de papel higiénico requiere hacer una maniobra de contorsionista. Son pequeños detalles, pero marcan una gran diferencia en la comodidad diaria.
Aspectos clave a considerar:
✔ Centrar el inodoro en un espacio libre de al menos 80 cm para mayor comodidad.
✔ Asegurar que los cajones del mueble de baño puedan abrirse sin obstáculos.
✔ Mantener los enchufes a una distancia mínima de 60 cm de fuentes de agua.
✔ Planificar el espacio para colgadores y toalleros en zonas accesibles.
Si no se estudia bien la distribución antes de la obra, pueden surgir problemas difíciles de solucionar después. Por eso, consultar con un profesional te ayudará a encontrar la mejor solución para optimizar el espacio sin errores costosos.
Diseña un baño funcional y duradero
Reformar un baño implica tomar muchas decisiones, y evitar estos errores te ahorrará problemas a largo plazo y, sobre todo, arrepentimientos. Priorizando la funcionalidad, la facilidad de limpieza y la durabilidad de los materiales, conseguirás un baño cómodo y fácil de mantener.
Si estás pensando en reformar tu baño y necesitas asesoramiento, no dudes en contactarme. Estaré encantado de ayudarte a crear un espacio práctico y con estilo.